LA SEMANA DE LA ADIVINANZA: La solución

Imaginaos la escena. Salgo de mi sala una fría noche de diciembre, rumbo a mi casa donde me esperaba una nutritiva cena y el calor de la calefacción. Iba abrigado hasta las orejas, con tan solo una mano fuera spoteniendo mi iPhone, donde iba repasando los rss con las últimas noticias de las páginas que tengo sindicadas. Y así iba yo caminando por las oscuras y solitarias calles, esterandome de que Del Bosque confiaba en Raul para la selección o que se rumoreaba que se presentaría un iPhone nano en la Macworld de enero, cuando llegó al portal de mi casa. Con tranquilidad y sosiego sacó las llaves del bolsillo y abro la puerta, mientras leo la última noticia de El País y pulso el botón para ver la primera noticia que se había guardado de Eurogamers… Aún no había encendido la luz de la escalera; la entrada, tan solo ilumidada por el resplandor del iPhone, apaciguaba el helor de la calle tras cerrar la puerta a mis espaldas. Tan solo era un encabezado. Yo solo en la oscuridad. Tan solo unas letras azules sobre un fondo blanco en la pantalla. A escasos metros mi piso, mi cena, mi calor. «I love katamari para el iPhone»…

Se hizo el silencio. No aparte la mirada de esas frías palabras durante interminables segundos. Y después solté un extraño graznido mezcla confusión y sorpresa.

Raudamente conecté el 3G, entré en la APPSTORE, probé a bajarlo; pero son mas de 10 megas y requiere conexión Wifi. En mi casa no tengo Internet, solo en la sala donde trabajo. Tenía que volver allí de manera inmediata.

Con la cazadora abierta, ajeno al clima que me azotaba sin piedad; corría rumbo al centro de internet, a encender el Wifi, a enganchar el iPhone y a bajar, costase lo que costase, el juego por el que el iPhone merecía vivir.

Han pasado casi tres horas desde entonces; el Katamari ya está en mi poder. El rey ha perdido la memoria y cree que los gatos ladran, y por los altavoces de mi iPhone suena una melodia a capella que creía imposible de volver a escuchar…

…y luego hay gente que aún sigue llamándolo móvil…perdonalos Steve, porque no saben lo que dicen.

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